DONALD Y EL NACIMIENTO
Desde que tengo uso de razón en esta existencia, mi vida ha sido feliz y plena dentro de una cocina. A medida que pasaban los años, me fui reencontrando conmigo misma… fui recordando quién era mi alma, donde habíamos vivido qué habíamos disfrutado en otros tiempos y qué nos quedaba por aprender. En el camino de recordar, me siento feliz de saber que estoy recuperando una herramienta que fue mi amiga por otras eternidades. En algún momento aprendí que si nos permitíamos una comunión real con otros reinos, ellos nos ayudarían a sanar muchas cosas que habíamos descuidado simplemente por no ser FIELES a nuestras emociones y sentires. Si bien ese recordar me dejó en la cocina durante muchos años, pasaron algunos hasta que hace muy poco, me desperté una mañana y comencé a escribir sin pensar ni razonar… sólo sintiendo. Viviendo en México, fui a visitar a una amiga en San Miguel de Allende; llegué a su bella casa y me ofreció quedarnos a tomar un te en el jardín. Y allí me quedé a